“Nos trataron como animales”, dijo uno de los rehenes • Los terroristas le dijeron a Eli Sharabi que su hermano fue asesinado, pero se negaron a decir una palabra sobre su esposa e hijas asesinadas.
Ohad Ben Ami, Or Levy y Eli Sharabi sufrieron abusos y torturas antes de ser liberados el sábado y entregados a sus familias, 491 días después de haber sido secuestrados en la Franja de Gaza.
Los tres fueron trasladados a los hospitales de Ichilov y Sheba, donde están siendo sometidos a exámenes médicos. De los detalles iniciales que los tres contaron a sus familias, parece que Sharabi y Levy estuvieron juntos como cautivos.
Los carceleros de Hamas los estrangularon, los ataron, les amordazaron la boca con un paño hasta el punto de asfixiarlos y los marcaron con un objeto ardiente. Los mantuvieron en pequeñas habitaciones dentro de túneles, donde tenían dificultades para respirar. Cada pocos días les daban un trozo de pan podrido que tenían que compartir con otros rehenes que tenían con ellos.
Durante su cautiverio, los trasladaron varias veces de un lugar a otro, pero la mayor parte del tiempo estuvieron bajo tierra y apenas vieron la luz del día. A diferencia de otros rehenes que estuvieron expuestos a los medios de comunicación, ellos estuvieron completamente aislados y trataron de obtener información de los terroristas. Sólo cuando abandonaron Gaza se dieron cuenta de lo mucho que ignoraban lo que estaba sucediendo y lo que había sucedido.
La liberación estuvo acompañada de trágicas revelaciones para los sobrevivientes. Levy, que ya sospechaba que su esposa Einav podría no estar viva, recibió la confirmación de su asesinato por parte de un representante de las FDI. Ben Ami pudo ver un vídeo de su hijo Almog, de tres años y medio, que lleva 16 meses sin padres.
Para Sharabi, la primera pregunta que hizo a los soldados israelíes fue sobre su familia. Un representante de las FDI le informó de que su mujer Lianne y sus hijas, Noiya y Yahel, habían sido asesinadas en su casa del kibutz Be’eri. En un acto de crueldad psicológica, los terroristas de Hamás le hicieron creer que su hermano Yossi había sido asesinado en Gaza, pero le hicieron creer que su mujer y sus hijas seguían vivas. De hecho, en la cínica ceremonia de Hamás para liberarlo, dijo que estaba “feliz”, porque “pronto voy a encontrarme con mi mujer y mis hijas”. Ben Ami, que durante casi 500 días no supo si sus hijas estaban vivas, pudo finalmente reunirse con ellas tras su liberación.